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sábado, 17 de diciembre de 2011

Rainer María Rilke: Primera Elegía ( Elegías de Duino) Copiada de A media Voz













 









Primera elegía



¿Quién, si yo gritara, me escucharía entre las órdenes

angélicas? Y aun si de repente algún ángel
me apretara contra su corazón, me suprimiría
su existencia más fuerte. Pues la belleza no es nada
sino el principio de lo terrible, lo que somos apenas capaces
de soportar, lo que sólo admiramos porque serenamente
desdeña destrozarnos. Todo ángel es terrible.
Así que me contengo, y me ahogo el clamor de la garganta
tenebrosa. Ay, ¿quién de veras podría ayudarnos? No
los ángeles, no los hombres, y ya saben los astutos
animales que no nos sentimos muy seguros en casa,
dentro del mundo interpretado. Nos queda quizás
algún árbol en la loma, al cual mirar todos los días;
nos queda la calle de ayer y la demorada lealtad
de una costumbre, a la que le gustamos, y permaneció,
y no se fue. Oh, y la noche, y la noche, cuando el viento
lleno de espacio cósmico nos roe la cara:
¿Para quién no permanecería aquélla, la anhelada,
la tierna desengañadora, ahí, dolorosamente próxima
al corazón solitario? ¿Es más suave con los amantes?
Ay, ellos sólo se ocultan uno a otro su suerte.
¿Todavía no lo sabes? Arroja el espacio que abarquen
tus brazos hacia los espacios que respiramos; quizá
los pájaros sientan el aire ensanchado con un vuelo más íntimo.

Sí, las primaveras de veras te necesitaban. Varias
estrellas te pedían que las rastrearas. Se alzaba
en el pasado una ola hacia ti, o cuando pasabas
por una ventana abierta, se te entregaba un violín.
Todo esto era una misión, ¿pero fuiste capaz de cumplirla?
¿No estabas siempre distraído por la esperanza, como
si todo ello te anunciara a una amada?
¿Dónde intentas alojarla, si en ti los grandes pensamientos extraños
entran y salen, y con frecuencia se quedan durante la noche?.
Pero si sientes anhelos, canta pues a las amantes; no es,
en absoluto, suficientemente inmortal su famoso
sentimiento. Aquéllas que casi envidias, las abandonadas,
las encuentras mucho más amantes que las saciadas.
Empieza siempre de nuevo la alabanza siempre inalcanzable.
Piensa: el héroe sigue en pie, aun el ocaso fue para él
sólo un pretexto para ser: su último nacimiento.
Pero a las amantes la exhausta naturaleza las recoge
en su seno, como si no hubiera fuerzas para lograr esto
dos veces. ¿Has pensado lo suficiente en Gaspara Stampa,
y lo que puede sentir cualquier chica a quien el amado
abandonó, frente a tan elevado ejemplo de mujer amante:
¿Llegaré a ser como ella? ¿Estos, los más antiguos
dolores, no deberán, por fin, darnos fruto? ¿No es
tiempo ya de que, al amar, nos liberemos del amado y,
temblorosos, resistamos, como la flecha resiste al arco,
para ser, unidos en el salto, algo más que la sola
flecha? Porque el permanecer está en ninguna parte.

Voces, voces. Corazón mío, escucha, como sólo los santos
escuchaban; la enorme llamada los alzaba del suelo;
pero ellos seguían de rodillas, de modo imposible,
sin darse cuenta: de tal manera escuchaban. No
que pudieras soportar la voz de Dios, lejos de eso, pero
escucha el soplo, las noticia incesante que se forma
del silencio. Murmura hasta ti desde aquellos que han
muerto jóvenes. ¿Acaso su destino no se dirigió siempre
tranquilamente a ti, en Roma y Nápoles, cuando entrabas
en alguna iglesia? O una inscripción sublime se grababa
para ti, como hace poco la lápida de Santa María Formosa?
¿Qué quieren de mí? Debo apartar en silencio
la apariencia de injusticia que a veces estorba un poco
el puro movimiento de sus espíritus.

Realmente es extraño ya no habitar la tierra,
ya no ejercitar las costumbres apenas aprendidas;
a las rosas, y a otras cosas particularmente promisorias,
ya no darles el significado del futuro humano; ya no ser
aquél que uno fue en interminables manos angustiadas
y hasta hacer a un lado el propio nombre, como un juguete
roto. Extraño, ya no seguir deseando los deseos. Extraño,
ver todo lo que tenía sus propias relaciones, aletear
tan suelto en el espacio. Y estar muerto es doloroso,
y lleno de recuperación, de modo que uno rastree
lentamente un poco de eternidad. Pero todos los vivos
cometen el mismo error de diferenciar demasiado
tajantemente. Los ángeles (se dice) con frecuencia no
sabrían si andan entre los vivos o entre los muertos.
La corriente eterna arrastra siempre consigo todas
las edades a través de las dos zonas y atruena sobre ambas.

Finalmente ya no nos necesitan, los que partieron
temprano, uno se desteta dulcemente de lo terrestre, como
uno se emancipa con ternura de los senos de la madre.
Pero nosotros, que necesitamos tan grandes secretos,
nosotros que tan frecuentemente obtenemos del duelo
progresos dichosos, ¿podríamos existir sin ellos?
¿Es inútil el mito de que, en la antigüedad, durante
las lamentaciones fúnebres por Linos,
una atrevida música primitiva se abrió paso en la árida materia
inerte; y entonces, por primera vez, en el espacio
sobresaltado, en el que un muchacho casi divino de pronto
se perdió para siempre, el vacío produjo esa vibración
que ahora nos entusiasma y nos consuela y ayuda?


12 comentarios:

Isabel Martínez Barquero dijo...

Estas elegías son libro de cabecera para mí. Sin desperdicio, Mateo, que "todo ángel es terrible" y, "no obstante, yo os canto, mortíferos pájaros de alma".
Y qué razón llevaba cuando decía que la belleza es el comienzo de lo terrible que aún podemos soportar.

mateosantamarta dijo...

Isabel, me pasa lo mismo: en realidad toda la poesía de Rilke me atrapa, pero las Elegías las rumio desde hace muchos años. No me extraña que le costase tanto traerlas al mundo. Desafortunadamente no parecen muy populares, supongo que por lo profundas. Un abrazo y que el ángel sea misericordioso con nosotros!
Un abrazo!

Inma dijo...

Hola! acabo de descubrir este blog y me ha encantado! soy nueva en la blogosfera, te seguiré; saludos y felices fiestas. PD. Mi blog es de arte.

mateosantamarta dijo...

Gracias, Inma, y bienvenida. Te visito...un saludo!

virgi dijo...

Mi compi tiene a las Elegías como uno de sus libros de compañía.
Lucidez, delicadeza, lo bello y lo terrible, el hombre solo, amante y amado.
Un abrazo, Mateo.
Bien grande.

mateosantamarta dijo...

Todo Rilke es digno de estar en la mesilla, pero las Elegías tienen que estar ahí porque yo soy torpe y necesito leer y releer. un abrazo, Virgi y Felices Fiestas!

Carmela dijo...

Siempre tengo la necesidad de releer la obra de Rilke, es para mi como desenredar un ovillo por la intensidad y hondura de sus mensajes.
Los siguientes versos me impactan .Tal vez porque el tema de la "misión" a nivel individual es como una sugerencia de algo intangible y trascendente que desde el plano terrenal es difícil internalizar.

"Se alzaba
en el pasado una ola hacia ti, o cuando pasabas
por una ventana abierta, se te entregaba un violín.
Todo esto era una misión, ¿pero fuiste capaz de cumplirla?"

Ese " fuiste capaz de cumplirla?" me persigue siempre.
Feliz Navidad, Mateo.

Ana dijo...

Gracias, Mateo, por acercarme estos bellísimos textos. Son impresionantes. "¿Todavía no lo sabes? Arroja el espacio que abarquen tus brazos hacia los espacios que respiramos; quizá
los pájaros sientan el aire ensanchado con un vuelo más íntimo." Qué imágenes provoca, por Dios!

Buscaré las elegías para también tenerlas en mi mesita de luz, y leer y releer.
Maravilloso!!

Encontré este pequeño poema del autor, que me ha conmovido enormemente.

Canción de amor

¿Cómo sujetar mi alma para
que no roce la tuya?
¿Cómo debo elevarla
hasta las otras cosas, sobre ti?
Quisiera cobijarla bajo cualquier objeto perdido,
en un rincón extraño y mudo
donde tu estremecimiento no pudiese esparcirse.

Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,
nos une, como un golpe de arco,
que una sola voz arranca de dos cuerdas.
¿En qué instrumento nos tensaron?
¿Y qué mano nos pulsa formando ese sonido?
¡Oh, dulce canto!


Te dejo un abrazo!!

mateosantamarta dijo...

Tu sentimiento hacia la obra de Rilke es muy parecido al mío, Carmela, y esos versos que citas, tan sugerentes, también están en mi memoria. Un abrazo!

mateosantamarta dijo...

Si te es posible, Ana, que sea la versión de Jaime Ferreiro Alemparte, gran estudioso y amante de la obra de Rilke. Te pueden gustar también los "Sonetos a Orfeo", las "Cartas a un joven poeta", "El Testamento"...Es un poeta al que nunca se termina de leer, pues es difícil que puedas leer demasiados poemas seguidos sin quedarte pensando...Un abrazo!

Luis Adolfo Siabala dijo...

Gracias por tu pagina, de las pocas que rinden homenaje a esta colección de poemas influyentes, salvando algunas que he encontrado en los blogs.
Te correspondo con modestia en mis impresiones sobre Rilke y su obra:
http://siabala-obras.blogspot.com/
Abrazos sinceros desde Lima!

mateosantamarta dijo...

Gracias,Luis Adolfo. Rilke es sin duda uno de los más grandes poetas de la historia y sus Elegías son la cumbre de su obra. Sólo se puede leerlas y volverlas a leer. Un saludo.