EL VELLOCINO DE ORO
Yo sé, siempre lo supe, que tú también me amaste;
lo gritaban tus ojos deslumbrados
por la luz que emanaba de mi cuerpo de niña
en su primer desnudo.
Tus labios se negaban a decirlo,
y sin embargo
"amor, amor"; musitaba tu boca
bebiéndome el aliento.
Tus caníbales dientes repetían:
"amor,amor"; mientras me devoraban.
Amabas mi inocencia sorprendida,
el temblor de mi carne de rosa encendida
que abriste dulcemente con tus labios,
y algunos brillos de mi inteligencia.
Cuando le puse el punto final a nuestra historia,
porque ya no era nuestra solamente
-había entre los dos una montaña
de ramas de canela como sexos,
y el canto de mujeres no amadas todavía
que en las cercanías del sueño oyen los hombres-,
sé que echabas de menos mi ternura.
Y que fuiste sincero cuantas veces pediste
que te abriera las puerta, llorando como un niño,
siempre que permitiera que salieras
a buscar el vellocino de oro cada noche.
Elvira Daudet: "El vellocino de oro" (CUADERNOS DEL DELIRIO)
INTRANAVEGANTES- EdicionesEvohé-
REGRESO
Vuelvo. He conseguido salir del agujero
que un día me engulló siendo muchacha.
La luz de la mañana me acaricia
como la tibia seda de unos brazos de madre.
Es cierto que entre tanto ha pasado la vida,
los amigos han muerto o no me reconocen.
¿Dónde están -se preguntan- sus ojos abismales
que asustaban de bellos y profundos,
la orgullosa mirada que exigía
el legado de los dioses? Ay, la felicidad.
¿Dónde se fue la flor de sus mejillas
y su cuerpo moldeado por el viento?
No me atrevo a decirles
que han pasado los años para todos
y tampoco son ellos lo que eran.
Sus fértiles cerebros,
donde ayer bailaban jubilosas las ideas,
son urnas de cenizas
donde la vida ardida pasa, melancólica,
su película de espectros.
La víbora salaz, antes guerrera,
inofensiva
se esconde arrugadita bajo un faldón de grasa.
El rojo corazón es hueso negro.
¿Podría confiarles que vuelvo de una guerra,
en las negras cloacas de mi alma,
con el saurio implacable que me habita
y se bebió goloso el dulce plasma
dejándome vacía como un traje?
Que quemé los candiles de los ojos
luchando con las sombras como un ciego.
Mi corazón alimentó alimañas,
mi cuerpo fue bocado de las ratas
de la traición, la rabia, el desamor.
¿Les entristecerían mis delirios
o me oirían lejanos,
desde la indiferencia de la muerte?
Como una pobre bestia que no puede quejarse
doy otra vuelta a la triste noria
y pido una sonrisa de limosna
que me alimente el día de esperanza.
Regresar del infierno es un viaje muy largo,
y no sé, al encontraros, si valía la pena.
Elvira Daudet (CUADERNO DEL DELIRIO) INTRANAVEGANTES (EdicionesEvohé)

Te dejo un abrazo grande y un poema de la Daudet que me encanta:
Rosa de Nieve
Como lagos del Norte en el verano
son sus ojos de dulcísima Ofelia,
puras gemas de azul desmesurado,
deslumbrantes faros de inteligencia.
Bandera clandestina, su salvaje
melena de walkyria ondea al viento,
panal de miel colmado, pide guerra
y designa al que debe morir en el abrazo.
Esta bella medusa, cuyo coraje asusta
pues parece que va a comerse el mundo,
vive en una montaña retirada,
leyendo y podando palabras como rosas.
Pero lo más hermoso no se halla
en las piedras preciosas de sus ojos,
los rizados helechos que coronan su frente,
tampoco en su bondad con los poetas.
Lo más hermoso es que cultiva un sueño:
una rosa de nieve llamada poesía,
a la que se ha entregado, a tumba abierta,
esta valiente mensajera de luz.
Vestal del dios tristeza, a Paloma
la salvará su amor por la belleza,
las palabras de arcángel que ha dejado grabadas
en las tablas de cuarzo del mañana.

Hola Mateo! No sé que pasó con el comentario que te dejé la semana pasada, pero se ve que no se llegó a ingresar. Te decía que es una alegría siempre para mi visitarte y descubrir nuevos artistas gracias a vos. Esta vez Elvira Daudet, me ha gustado mucho lo que leí de ella en la red.
Te dejo un poema que seleccioné:
Es terrible olvidarse la vida por aferrarse vaya a saber a qué cosas. Podemos quebrarnos para siempre. Hay que cuidar esos huesos, nuestra esencia.
Un abrazo, amigo mío!!
Te dejo un poema que seleccioné:
NO ME PREGUNTES
Nunca sabré quien fui,
porque anduve perdida muchos años
persiguiendo tu sombra indescifrable
en noches pavorosas de negrura,
sin luna, farolas ni luciérnagas.
Despertaba a la orilla de mañanas
cada vez más remotas,
escasas y con la luz trufada de la tarde,
y me ponía en pie, pese al cansancio,
e iba tras la silvestre música de tu nombre.
Aferrada al ansia de encontrarte,
para andar más ligera me quité los zapatos,
me desvestí las ropas que acortaban mis pasos,
vacié los huesos de la médula
y me olvidé la vida en cualquier parte.
Es terrible olvidarse la vida por aferrarse vaya a saber a qué cosas. Podemos quebrarnos para siempre. Hay que cuidar esos huesos, nuestra esencia.
Un abrazo, amigo mío!!

Hola Mateo, gracias por traernos a Elvira, prolìfica escritora, gracias por las pinturas siempre tan oportunas y bellas, gracias por tu visita y comentario enriquecedor.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo grande y un poema de la Daudet que me encanta:
Rosa de Nieve
Como lagos del Norte en el verano
son sus ojos de dulcísima Ofelia,
puras gemas de azul desmesurado,
deslumbrantes faros de inteligencia.
Bandera clandestina, su salvaje
melena de walkyria ondea al viento,
panal de miel colmado, pide guerra
y designa al que debe morir en el abrazo.
Esta bella medusa, cuyo coraje asusta
pues parece que va a comerse el mundo,
vive en una montaña retirada,
leyendo y podando palabras como rosas.
Pero lo más hermoso no se halla
en las piedras preciosas de sus ojos,
los rizados helechos que coronan su frente,
tampoco en su bondad con los poetas.
Lo más hermoso es que cultiva un sueño:
una rosa de nieve llamada poesía,
a la que se ha entregado, a tumba abierta,
esta valiente mensajera de luz.
Vestal del dios tristeza, a Paloma
la salvará su amor por la belleza,
las palabras de arcángel que ha dejado grabadas
en las tablas de cuarzo del mañana.
Gracias, Adriana. A Elvira le encantará tu comentario -y a mi me encantan tus elogios-. Por supuesto voy a incluir en la entrada tu comentario y el poema que has elegido. Besos, amiga.
ResponderEliminarhttp://programalaesfera.blogspot.com.es/2012/10/prefacio-de-la-antologia-poetica-de_15.html
ResponderEliminarQuerido Mateo: sabes bien cuánto os quiero a Elvira y a ti. Para que acompañe a tu pintura tan tuya y expresiva, te dejo
el comentario que escribí para ese prefacio de los Cuadernos del Delirio de Intravagantes.
Y un beso enorme para cada uno.
http://programalaesfera.blogspot.com.es/2012/10/prefacio-de-la-antologia-poetica-de_15.html
Gracias, Isolda: te echábamos de menos por aquí. Espero que hayas disfrutado de Barcelona y de la familia. Un beso, amiga.
ResponderEliminarAhí dejo ese enlace al comentario, crítica o notas...Un abrazo, Isolda.
ResponderEliminarBellísimas letras, apreciado Mateo.
ResponderEliminarTe agradezco que las cuelgues, dado que no había leído nada de ella, aunque sí la había oído nombrar y adema´s, qué pena que estaba en la presentación de Isabel y me enteré cuando iba saliendo.
Tus cuadros, muy acordes a sus palabras.
MI abrazo grande.
Habrá más ocasiones, Virgi. Elvira es una gran poeta con amplia trayectoria y una obra hecha con carne de su carne y espíritu de su espíritu. Tiene un blog del que dejo enlace en la entrada. Supongo que algún día recalará por esas islas para alguna presentación. Un abrazo, amiga.
ResponderEliminarQuerido Mateo, gracias por recoger mis poemas y enriquecerlos con tus bellas pinturas.
ResponderEliminarTe pido disculpas por no haberme pasado antes; estoy pachucha y prácticamente de retirada, apenas me ocupo del blog ni visito los de los amigos y acabo de ver la generosa entrada que me dedicas y que te agradezco enormemente.
Un fuerte abrazo.
Elvira
Encantado de difundir tu hermosa poesía, Elvira. Recupérate. Las imágenes son una foto y una acuarela. Un fuerte abrazo, amiga.
ResponderEliminarHola Mateo! No sé que pasó con el comentario que te dejé la semana pasada, pero se ve que no se llegó a ingresar. Te decía que es una alegría siempre para mi visitarte y descubrir nuevos artistas gracias a vos. Esta vez Elvira Daudet, me ha gustado mucho lo que leí de ella en la red.
ResponderEliminarTe dejo un poema que seleccioné:
NO ME PREGUNTES
Nunca sabré quien fui,
porque anduve perdida muchos años
persiguiendo tu sombra indescifrable
en noches pavorosas de negrura,
sin luna, farolas ni luciérnagas.
Despertaba a la orilla de mañanas
cada vez más remotas,
escasas y con la luz trufada de la tarde,
y me ponía en pie, pese al cansancio,
e iba tras la silvestre música de tu nombre.
Aferrada al ansia de encontrarte,
para andar más ligera me quité los zapatos,
me desvestí las ropas que acortaban mis pasos,
vacié los huesos de la médula
y me olvidé la vida en cualquier parte.
Es terrible olvidarse la vida por aferrarse vaya a saber a qué cosas. Podemos quebrarnos para siempre. Hay que cuidar esos huesos, nuestra esencia.
Un abrazo, amigo mío!!
Gracias, Ana. No es la primera vez que se pierden los comentarios: a mí me pasa muchas veces. Me alegro que te haya gustado Elvira Daudet. Es una poesía muy especial, auténtica. Te felicito por tu aportación -es un gran poema-. A este blog le encanta saberse fruto de la interacción de varias almas. Un abrazo, amiga.
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