Doctor Primo de Rivera
y Orbaneja, general,
¿no se te cae de
vergüenza
con la cara el antifaz?
Con orugas campesinas
criadas en muladar.
y cucarachas urbanas
hijas de la oscuridad
de un retrete absolutista.
te has hecho partido real,
Que hedor a macho
cabrío!
¡Vaya masculinidad!
Los upistas boca y todo
se te abren de par en par.
Con un tono subjuntivo
les arengas y ¡la mar!
¡Qué lengua! ¡Qué pico de oro!
¡Qué gustito! ¡Flor de azahar!
Y si esgrimes hazañoso
lápiz o la Waterman,
¡vaya un tío mandoblando
notas! ¡Venga tafetán!
Cuando llamas a la patria
madre, ¿qué quieres llamar?
Porque hay la madre del vino
que es tu madre natural...
¡Poder de poder!, exclamas,
pico de lorito real,
y has logrado un maridaje
de veras fenomenal.
Que al ser tu majadería
absoluta en general,
le añades la amena gracia
de ser constitucional.
Se empareja a tu doctrina,
doctor autointelectual,
disciplina en tus discípulos
de ganado extralegal,
Al pilón que te solaza
les arrastras del ronzal,
mas ¡ojo! que hay botellazos
y puedes acabar mal...
Miguel de Unamuno
Romancero del destierro
EDITORIAL LOSADA, BUENOS AIRES 1965