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miércoles, 7 de diciembre de 2016

Vicente Aleixandre > El poeta

 Poeta, obra de Mateo Santamarta, t.mx-tabla,65x50, 1984 

El poeta

Para ti, que conoces cómo la piedra canta,
y cuya delicada pupila sabe ya del peso de una montaña sobre un ojo dulce,
y cómo el resonante clamor de los bosques se aduerme suave un día en nuestras venas;

para ti, poeta, que sentiste en tu aliento
la embestida brutal de las aves celestes,
y en cuyas palabras tan pronto vuelan las poderosas alas de las águilas
como se ve brillar el lomo de los calientes peces sin sonido:
oye este libro que a tus manos envío
con ademán de selva,
pero donde de repente una gota fresquísima de rocío brilla sobre una rosa,
o se ve batir el deseo del mundo,
la tristeza que como párpado doloroso
cierra el poniente y oculta el sol como una lágrima oscurecida.
mientras la inmensa frente fatigada
siente un beso sin luz, un beso largo,
unas palabras mudas que habla el mundo finando.

Sí, poeta: el amor y el dolor son tu reino.
Carne mortal la tuya, que, arrebatada por el espíritu,
arde en la noche o se eleva en el mediodía poderoso,
inmensa lengua profética que lamiendo los cielos 
ilumina palabras que dan muerte a los hombres.

La juventud de tu corazón no es una playa
donde la mar embiste con sus espumas rotas,
dientes de amor que mordiendo los bordes de la tierra,
braman dulce a los seres.

No ese rayo velador que súbitamente te amenaza,
iluminando un instante tu frente desnuda,
para hundirse en tus ojos e incendiarte, abrasando
los espacios con tu vida que de amor se consume.

No. Esa luz que en el mundo
no es ceniza última,
luz que nunca se abate como polvo en los labios,
eres tú, poeta, cuya mano y no luna
yo vi en los cielos una noche brillando.

Un pecho robusto que reposa atravesado por el mar
respira como la inmensa marea celeste,
y abre sus brazos yacentes y toca, acaricia
los extremos límites de la tierra.

¿Entonces?
Sí, poeta; arroja este libro que pretende encerrar
en sus páginas un destello del sol,
y mira a la luz cara a cara, apoyada la cabeza en la roca,
mientras tus pies remotísimos sienten el beso postrero del poniente
y tus manos alzadas tocan dulce la luna,
y tu cabellera colgante deja estela en los astros.

Vicente Aleixandre > Sombra del paraíso > El poeta.

Tomé el poema de la colección Obras Maestras de la Literatura Contemporánea editada por Seix Barral, S. A. en 1984.


sábado, 15 de octubre de 2016

Antonio Gamoneda > Libro del frío (II).

Frío; Mateo Santamarta

Hubo un tiempo en que mis únicas pasiones eran la pobreza y la lluvia.

Ahora siento la pureza de los límites y mi pasión no existiría si dijese su nombre.

***

Hablan los manantiales en la noche, hablan en los imanes del silencio.

Siento la suavidad de las palabras olvidadas.

***

Amé todas las pérdidas.

Aún retumba el ruiseñor en el jardín invisible.

***
Antonio Gamoneda > Libro del frío > Aún.
Editorial Siruela.

***
Puedes ver también en este blog, sobre el Libro del frío:

domingo, 4 de septiembre de 2016

Cuatro poemas de "Sobre los ángeles", de Rafael Alberti.

INVITACIÓN AL AIRE

TE INVITO, sombra, al aire.
Sombra de veinte siglos,
a la verdad del aire,
del aire, aire, aire.

Sombra que nunca sales
de tu cueva, y al mundo
no devolviste el silbo
que al nacer te dio el aire,
el aire, aire, aire.

Sombra sin luz, minera
por las profundidades 
de veinte tumbas, veinte
siglos huecos sin aire,
sin aire, aire, aire.

¡Sombra, a los picos, sombra
de la verdad del aire,
del aire, aire, aire!
Aprendiz de ángel en apuros.34.7x24.7. Técn, mix.-papel. 2006



EL ÁNGEL CENICIENTO

PRECIPITADAS las luces
por los derrumbes del cielo,
en la barca de las nieblas
bajaste tu, Ceniciento.

Para romper cadenas 
y enfrentar a la tierra contra el viento.

Iracundo, ciego.

Para romper cadenas 
y enfrentar a los mares contra el fuego.

Dando bandazos el mundo,
por la nada rodó, muerto.
No se enteraron los hombres.
Sólo tú y yo, Ceniciento.

EL ÁNGEL TONTO

ESE ángel,
ese que niega el limbo de su fotografía
y hace pájaro muerto 
su mano.

Ese ángel que teme que le pidan las alas,
que le besen el pico,
seriamente,
sin contrato.

Si es del cielo y tan tonto,
¿por qué en la tierra? Dime.
Decidme.

No en las calles, en todo.
indiferente, necio,
me lo encuentro.

¡El ángel tonto!

¡Si será de la tierra!
-Sí, de la tierra sólo.

LOS ÁNGELES COLEGIALES

NINGUNO comprendíamos el secreto nocturno de las pizarras
ni por qué la esfera armilar se exaltaba tan sola cuando la mirábamos.
Sólo sabíamos que una circunferencia puede no ser redonda
y que un eclipse de luna equivoca a las flores
y adelanta el reloj de los pájaros.

Ninguno comprendíamos nada:
ni por qué nuestros dedos eran de tinta china
y la tarde cerraba compases para al alba abrir libros.
Sólo sabíamos que una recta, si quiere, puede ser curva o quebrada
y que las estrellas errantes son niños que ignoran la aritmética.

***

Tomé los poemas de  la Colección "Obras Maestras de la Literatura Contemporánea" de Seix Barral.




domingo, 28 de agosto de 2016

Dos poemas tempranos de Rafael Alberti.

Contra natura (Mateo Santamarta) t. mx.-papel,30x45,1992

(EL MAR, LA MAR)

EL MAR. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!

¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?

¿Por qué me desenterraste 
del mar?

En sueños, la marejada
me tira del corazón.
Se lo quisiera llevar.

Padre, ¿por qué me trajiste
acá?

(SI MI VOZ MURIERA EN TIERRA)

SI MI VOZ muriera en tierra,
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.

Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.

¡Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento la vela!

De Marinero en tierra (Obras Maestras de la Literatura Contemporánea, Seix Barral)

sábado, 6 de agosto de 2016

Antonio Gamoneda > Libro del frío I



Tengo frío junto a los manantiales. He subido hasta cansar mi corazón.


Hay yerba negra en las laderas y azucenas cárdenas entre sombras,

pero, ¿qué hago yo delante del abismo?

Bajo las águilas silenciosas, la inmensidad carece de significado.


(Antonio Gamoneda > Libro del frío > Geórgicas > Sobre excrementos de rebaños, Libro del Frío, Edit. Siruela)

 Sobre excremento de rebaños, subo y me acuesto bajo los robles musicales.

Cruzan palomas entre mi cuerpo y el crepúsculo, cesa el viento y las sombras son húmedas.

Hierba de soledad, palomas negras: he llegado, por fin; éste no es mi lugar, pero he llegado.

(Antonio Gamoneda > Libro del frío > Geórgicas > Tengo frío, Libro del frío, Edit. Siruela)

Hay un anciano ante una senda vacía. Nadie regresa de la ciudad
lejana; sólo el viento sobre las últimas huellas.

Yo soy la senda y el anciano, soy la ciudad y el viento.

(Antonio Gamoneda > Libro del frío > Aún.
Editorial Siruela.)

***
Puedes ver también en este blog, sobre el Libro del Frío:
Libro del Frío II
Libro del frío III

domingo, 31 de julio de 2016

Friedrich Nietzsche > Así habló Zaratustra > Prólogo de Zaratustra > 10.

Cuadro de Mateo Santamarta: La casa de Nietzsche; técn. mx. / tela 146 x 114. Estará expuesto en Izagre desde el 9 al 18 de Agosto de 18.30 a 20.30.

Esto es lo que Zaratustra dijo a su corazón cuando el sol estaba en pleno mediodía: entonces se puso a mirar inquisitivamente hacia la altura – pues había oído por encima de sí el agudo grito de un pájaro-. Y he aquí que un águila cruzaba el aire trazando amplios círculos y de él colgaba una serpiente, no como si fuera una presa, sino una amiga: pues se mantenía enroscada a su cuello.
"¡Son mis animales!, dijo Zaratustra, y se alegró de corazón.
El animal más orgulloso debajo del sol y el animal más inteligente debajo del sol – han salido para explorar el terreno.
Quieren averiguar si Zaratustra vive todavía. En verdad, ¿vivo yo todavía?
He encontrado más peligros entre los hombres que entre los animales; peligrosos son los caminos que Zaratustra recorre . ¡Que mis animales me guíen!".
Cuando Zaratustra hubo dicho esto, se acordó de las palabras del santo en el bosque, suspiró y habló así a su corazón:
"¡Ojalá fuera yo más inteligente! ¡Ojalá fuera yo inteligente de verdad, como mi serpiente!
Pero pido cosas imposibles: ¡por ello pido a mi orgullo que camine siempre junto a mi inteligencia!
Y si alguna vez mi inteligencia me abandona – ¡ay, le gusta escapar! – que mi mi orgullo continúe volando junto a mí tontería!"
-Así comenzó el ocaso de Zaratustra.
(Friedrich Nietzsche > Así habló Zaratustra > Prólogo de Zaratustra > 10. Alianza Editorial ( Versión de Andrés Sánchez Pascual)

viernes, 6 de mayo de 2016

Emilio Lledó > Introducción general a los Diálogos de Platón


 Tomé la foto de Librerías De Zaragoza "Emilio Lledó Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades .
2. El estilo platónico.
El estilo de Platón se ha considerado frecuentemete como una dificultad para alcanzar su filosofía. Este planteamiento proviene de un típico prejuicio académico, según el cual toda filosofía no podía ceder, para ser realmente filosofía, a la tentación de hacer de la escritura filosófica una entidad suficiente como para alcanzar así un valioso nivel de expresión y belleza. El supuesto rigor filosófico, el absurdo mito de la profundidad, tenía necesariamente que enmarcarse con un lenguaje confuso, enrevesado, que otorgase un cierto carácter misterioso a la comunicación filosófica. La dificultad de esta filosofía disimulaba, con su ropaje críptico, la más absoluta vaciedad. Lo grave es que una serie de connotaciones mágicas han ido tiñendo, debido a estos prejuicios, la historia de la filosofía, de tal modo que ha llegado a pensarse muchas veces que cuanto más difícil pareciese un pensamiento, más profundo y jugoso era. No es necesario explicar más este hecho, que no merecería la pena ser mencionado si no hubiese lastrado, durante siglos, la originalidad y libertad del lenguaje filosófico.
Emilio Lledó Íñigo > Introducción general a los Diálogos de Platón
( Editorial Gredos - reeditados por RBA-)

sábado, 16 de abril de 2016

César Vallejo > España, aparta de mí este cáliz > Masa




Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: " No mueras; te amo tanto"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitéronle:
"No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: "Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!"
Pero el cadáver, ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: "¡Quédate, hermano!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente ,
abrazó al primer hombre, echóse a andar...


Cesar Vallejo (Santiago de Chuco, Perú, 1892;- París 1938)> Poesía completa > España, aparta de mí este cáliz > Masa
Tomé el poema de "Poesías completas " de César Vallejo editado por Visor.

viernes, 15 de abril de 2016

César Vallejo > ESPAÑA, APARTA DE MÍ ESTE CÁLIZ > Redoble fúnebre a los escombros de Durango


Padre polvo que subes de España, 
Dios te salve, libere y corone,
padre polvo que asciendes del alma.

Padre polvo, que subes del fuego,
Dios te salve, te calce y dé un trono,
padre polvo que estás en los cielos.

Padre polvo, biznieto del humo,
Dios te salve y ascienda a infinito,
padre polvo, biznieto del humo.

Padre polvo en que acaban los justos,
Dios te salve y devuelva a la tierra,
padre polvo en que acaban los justos.

Padre polvo que creces en palmas,
Dios te salve y revista de pecho,
padre polvo, terror de la nada.

Padre polvo, compuesto de hierro,
Dios te salve y dé forma de hombre,
padre polvo que marchas ardiendo.

Padre polvo, sandalia del paria,
Dios te salve y jamás te desate,
padre polvo, sandalia del paria.

Padre polvo que avientan los bárbaros,
Dios te salve y te ciña de dioses,
padre polvo que escoltan los átomos.

Padre polvo sudario del pueblo,
Dios te salve del mal para siempre,
padre polvo español, padre nuestro.

Padre polvo que vas al futuro,
Dios te salve, te guíe y te dé alas,
padre polvo que vas al futuro.

Cesar Vallejo (Santiago de Chuco, Perú, 1892;- París 1938)> Poesía completa > España, aparta de mí este cáliz > Redoble fúnebre a los escombros de Durango.
Tomé el poema de "Poesías completas " de César Vallejo editado por Visor.

martes, 22 de marzo de 2016

LIBERTÉ, J'ECRIS TON NOM > Paul Eluard


"Hay una palabra que me exalta, una palabra que nunca he podido oír sin experimentar un gran escalofrío, una gran esperanza, la más grande, la de vencer a las potencias de la ruina y de la muerte que oprimen a los hombres, esa palabra es: fraternidad" 
(Paul Eluard) 

Citado por Eduardo Bustos en el prólogo a CAPITAL DEL DOLOR editado en Colección Visor de Poesía.

Liberté
Pul Eluard


Sur mes cahiers d'écolier

Sur mon pupitre et les arbes

Sur la sable sur la neige
J'ecris ton nom


Sur toutes les pages lues
Sur toutes les pages blanches
Pierre sang papier ou cendre
J'écris ton nom

Sur les images dorées
Sur les armes des guerriers
Sur la couronne des rois
J'écris ton nom

Sur la jungle et le désert
Sur les nids sur les genêts
Sur l'écho de mon enfance
J'écris ton nom

Sur les merveilles des nuits
Sur le pain blanc des journées
Sur les saisons fiancées
J'écris ton nom

Sur tous mes chiffons d'azur
Sur l'étang soleil moisi
Sur le lac lune vivante
J'écris ton nom

Sur les champs sur l'horizon
Sur les ailes des oiseaux
Et sur le moulin des ombres
J'écris ton nom

Sur chaque bouffée d'aurore
Sur la mer sur les bateaux
Sur la montagne démente
J'écris ton nom

Sur la mousse des nuages
Sur les sueurs de l'orage
Sur la pluie épaisse et fade
J'écris ton nom

Sur les formes scintillantes
Sur les cloches des couleurs
Sur la vérité physique
J'écris ton nom

Sur les sentiers éveillés
Sur les routes déployées
Sur les places qui débordent
J'écris ton nom

Sur la lampe qui s'allume
Sur la lampe qui s'éteint
Sur mes maisons réunis
J'écris ton nom

Sur le fruit coupé en deux
Dur miroir et de ma chambre
Sur mon lit coquille vide
J'écris ton nom

Sur mon chien gourmand et tendre
Sur ses oreilles dressées
Sur sa patte maladroite
J'écris ton nom

Sur le tremplin de ma porte
Sur les objets familiers
Sur le flot du feu béni
J'écris ton nom

Sur toute chair accordée
Sur le front de mes amis
Sur chaque main qui se tend
J'écris ton nom

Sur la vitre des surprises
Sur les lèvres attentives
Bien au-dessus du silence
J'écris ton nom

Sur mes refuges détruits
Sur mes phares écroulés
Sur les murs de mon ennui
J'écris ton nom

Sur l'absence sans désir
Sur la solitude nue
Sur les marches de la mort
J'écris ton nom

Sur la santé revenue
Sur le risque disparu
Sur l'espoir sans souvenir
J'écris ton nom

Et par le pouvoir d'un mot
Je recommence ma vie
Je suis né pour te connaître
Pour te nommer

Liberté
Copié el poema en francés en Poemas en francés
(No me gusta hacerlo pero mi nivel en este idioma es insuficiente para transcribirlo desde mis libros sin gran esfuerzo, sí lo haré con la versión al castellano de Jesús Munariz.

LIBERTAD, TU NOMBRE ESCRIBO

En mi cuaderno escolar
en el pupitre y los árboles
en la arena y en la nieve
tu nombre escribo
En las páginas leídas
en las páginas aún blancas
piedra papel sangre o ascuas
tu nombre escribo
En las doradas imágenes
en los pertrechos guerreros
en la corona real
tu nombre escribo
En la jungla y el desierto
en los nidos de las cumbres
en el eco de mi infancia
tu nombre escribo
En los asombros nocturnos
en el pan blanco del día
en las épocas del año
tu nombre escribo
En mis jirones de azul
en la charca sol mohoso
en el lago luna viva
En los campos y horizontes
en las alas de las aves
en el molino de sombras
tu nombre escribo
En el alba a bocanadas
en el mar en los navíos
en la montaña demente
tu nombre escribo
En la espuma de las nubes
en el sudor de tormenta
en la lluvia densa y sosa
tu nombre escribo
En formas que son centellas
en campanas de colores
en la física verdad
tu nombre escribo
En los senderos despiertos
en las rutas desplegadas
en las plazas desbordantes
tu nombre escribo
En la lámpara encendida
en la lámpara apagada
en mis casas reunidas
tu nombre escribo
En la fruta dividida
del espejo y de mi cuarto
en mi cama concha abierta
tu nombre escribo
En mi perro ávido y tierno
en sus orejas alzadas
en su pata desmañada
tu nombre escribo
En mi puerta trampolín
en las cosas familiares
en el fuego bendecido
tu nombre escribo
En toda carne acordada
en la frente del amigo
en cada mano tendida
tu nombre escribo
En el cristal del asombro
en los labios entreabiertos
por encima del silencio
tu nombre escribo
En mis refugios destruidos
en mis faros derrumbados
en los muros de mi hastío
tu nombre escribo
En la ausencia sin deseos
en la soledad desnuda
en las gradas de la muerte
tu nombre escribo
En la salud recobrada
en el peligro que huye
en la esperanza sin anclas
tu nombre escribo
Y el poder de una palabra
me hace volver a la vida
nací para conocerte
y nombrarte
libertad.

Versión de Jesús Munárriz -que me parece excelente- tomada de la necesaria antología "Mil años de poesía europea" de Francisco Rico  en colaboración con Laura Lentini y publicada por BackList. Pongo el enlace no por hacer publicidad sino por respeto y por si algun@ estuvieseis interesados en la antología -Bilingüe-.




domingo, 20 de marzo de 2016

Casandra > Acacio Puig

Casandra > Autor: Acacio Puig

(...) 
y el repetido grito de Casandra
más fuerte que los gritos de las olas 
(...) (Octavio Paz)
***
El mito o leyenda de Casandra genera una  una gran tristeza e impotencia. Es un mito con aplicación para todo momento. Ya sabéis que los profetas suelen ser ignorados o insultados cuando no escarnecido  y asesinados. Aún así enternece pensar en la pobre Casandra condenada a profetizar sin que nadie  diese crédito a sus palabras.
Hay dos versiones de cómo llega Casandra a esta situación: "Casandra es hija de Príamo y Hécuba y es hermana gemela de Héleno. Al nacer, se hizo una fiesta en el templo de Apolo, en las afueras de Troya.
Al anochecer, los padres se marcharon y dejaron a los bebés en el templo por un olvido. Al día siguiente, cuando regresaron a recogerlos, los gemelos estaban dormidos y dos serpientes les pasaban la lengua por los órganos de los sentidos para purificarlos. Los padres empezaron a gritar de angustia, ante lo cual las serpientes se retiraron. Fue así como Casandra y Héleno tuvieron el don profético cuando fueron adultos.
Otra versión de la leyenda, indica que Apolo se había enamorado de Casandra y le prometió a la joven el don de la profecía se aceptaba entregarse a él. Ella aceptó, pero una vez iniciada en las artes de la adivinación, se negó a cumplir su parte del trato. Ante esto, Apolo le escupió en la boca y le retiró el don de la persuasión, por lo que aunque ella dijera la verdad, nadie la creería..."  Seguir leyendo en El mito de Casandra.

Hace poco dediqué una entrada a este tema con un poema de WYSLAWA SZYMBORSKA que podéis leer -y que os recomiendo que lo hagáis- en este enlace.

Podéis escuchar aquí Kasandra de Iannis Xenakis

(Oresteïa, II (1/2 y 2/2))
Kasandra de Iannis Xenakis

Hoy vuelvo a recordar a Casandra porque me llega una hermosa pintura de mi amigo Acacio Puig que quiero mostrar. En el enlace podéis acceder a su blog -ahora en stand by.

jueves, 17 de marzo de 2016

Versiones y diversiones > Octavio Paz


"...Por eso pido que este libro no sea leído ni juzgado como un trabajo de investigación o de información literaria. También por eso no he incluido los textos originales: a partir de poemas en otras lenguas quise hacer poemas en la mía". (0ctavio Paz: prólogo a Versiones y Diversiones)

***

¿El mundo 
siempre fue así
o ahora
se ha vuelto
sólo por mí tan triste?
(Anónimo > Antología Kokinshu)

***

Luna en el agua
recogida en la concha
de una mano:
¿es real, irreal?
Eso fui yo en el mundo
(Ki no Tsurayuki)

***

Tregua de vidrio:
el son de la cigarra 
taladra rocas.
(Matsuo Basho)

***

¡Qué irrisión!
Bajo el yelmo del héroe
un grillo canta.
(Matsuo Basho)

***

Llovizna: plática
de la capa de paja
y la sombrilla.
(Yosa Buson)

***

Agonizante
la cigarra en Otoño
canta más fuerte.
(Masaoka Shiki)

***

 Poemas tomados de "Versiones y Diversiones (Octavio Paz). Edición de Galaxia Gutenberg - Círculo de Lectores. (Un libro que recomiendo)

sábado, 27 de febrero de 2016

William Blake > El libro de Thel


La imagen la tomé de El espejo Gótico

Lema de Thel

¿Sabe el águila lo que está en en el foso
o irás a preguntárselo al topo?
¿Puede la sabiduría encerrarse en un cetro 
y el amor en un cuenco dorado?

Thel

I

Las hijas de Mne Serafin cuidaban sus soleados rebaños 
con excepción de la más joven que, lívida, buscaba el aire secreto
para desvanecerse como la belleza matutina de su día mortal.
A lo largo del río Adona se oye su delicada voz.
De este modo cae su tierno lamento, semejante al río de la mañana:


"¡Oh vida de esta primavera nuestra ! ¿Por qué se marchita el loto en el agua?
¿Por que se marchitan estos hijos de la primavera, nacidos sólo para reír y caer?
Ah, Thel es como un arco acuoso, como nube que se aleja, 
como imagen en un espejo, como sombra en el agua, 
como el sueño del niño, como la sonrisa en el rostro infantil,
como la voz de la paloma, como el día fugitivo, como la música en el aire.
Ah, dulcemente quisiera tenderme, con dulzura posar mi cabeza
y dulcemente dormir el sueño de la muerte y escuchar dulcemente la voz
de aquel que pasea por el jardín al caer la noche.";

El lirio del valle que respiraba confundiéndose con la modesta hierba
contestó en estos términos a la hermosa doncella: "Soy un hierbajo acuoso y
pequeñísimo, a quién gusta habitar en las tierras bajas.
Tan débil soy, que la dorada mariposa apenas puede posarse sobre mi cabeza.
Empero recibo visitas del cielo: aquel que a todos sonríe
pasea por el valle y cada mañana sobre mí extiende su mano
diciéndome: " Regocíjate, humilde hierba, flor de lirio recién nacida,
gentil doncella de los prados silentes y de los modestos arroyuelos,
pues de luz te habrán de vestir y te alimentarán con el maná de la mañana: hasta que el calor del verano te funda junto a las fuentes y los manantiales
para florecer en eternos valles. ¿Por qué pues habría de lamentarse Thel?
¡Por qué dejaría escapar un suspiro la señora de los valles de Har?
Calló y sonrió entre lágrimas antes de tomar asiento en su altar de plata."

Repuso Thel: "Oh tú, virgencita del tranquilo valle, 
que das a quienes no pueden implorar, a los sin voz, a los exhaustos;
tu aliento nutre al cordero que huele tus prendas lácteas
y cosecha tus flores mientras tú le sonríes a la cara
y limpias en su tierna y mansa boca toda contagiosa mácula.
Tu vino purifica la áurea miel; el aroma
que derramas sobre cada hojita de hierba que apunta
anima a la vaca ordeñada y doma al cordero de flamígero aliento.
Pero Thel es como desfalleciente nube que el sol naciente alumbra:
Me esfumo en mi trono perlado. ¿Quién podrá hallar mi lugar?"

"Pregunta a la tierna nube -reina de los valles-", repuso el lirio
" y te dirá por qué rutila en el cielo de la mañana
y por qué siembra su brillante belleza en el aire húmedo.
Desciende, nubecilla, y ciérnete ante los ojos de Thell"

Bajó la nube; el lirio inclinó su cabeza
y fue a cuidar su numerosa responsabilidad por la hierba verde.

II

 "Oh, nubecilla", dijo la virgen" te conmino a que me digas
por qué no te quejas cuando en una hora te desvaneces:
pasada ésta, te buscamos sin poderte hallar. Ah, Thel se te asemeja:
me voy; y, aunque me lamento, nadie escucha mi voz".

La nube mostró entonces su dorada cabeza y así surgió su refulgente forma,
flotando resplandeciente en el aire ante el rostro de Thel.

         "Oh, Virgen, ¿acaso  ignoras que nuestros corceles beben en los manantiales                                                                                                                     dorados
donde Luvah renueva sus caballos? ¿Has contemplado mi juventud
y temes porque me desvanezco y nadie puede ya verme?
Nada permanece. Oh, doncella, te digo que al morir
me dirijo a una vida decuplicada en amor, paz y sagrados éxtasis.
Invisible desciendo y poso mis ligeras alas sobre las flores aromáticas
y seduzco al rocío de bello mirar para que consigo me lleve a su fulgurante morada.
La llorosa virgen temblorosa se arrodilla ante el sol que se eleva
hasta que nos levantamos, unidas por una cinta de oro, para no separarnos más
y pasear juntas para llevar alimento a nuestras tiernas flores."
"¿Eso haces, nubecilla? Me temo que no soy como tú.
Paseo por los prados de Har oliendo las flores más fragantes,
pero no alimento florecillas; escucho las aves cantoras, 
pero no las nutro: ellas mismas vuelan en busca de sustento.
Sin embargo Thel ya no se deleita con ello, pues se va desvaneciendo.
Y todos dirán: sin utilidad se desarrolló la vida de esta radiante mujer;
¿habrá vivido tan solo para convertirse a su muerte en yantar de gusanos?
La nube se reclinó en su aéreo trono y así repuso:
"Si has de ser alimento de gusanos , oh,virgen de los cielos
¡cúanta será tu utilidad! ¡Qué amplia tu gracia ! Nada de cuanto vive
lo vive solo, ni para sí mismo. Nada temas que llamaré
al débil gusano que en subterráneo lecho yace, para que oigas su voz.
Acude, gusano del silente valle, junto a tu pensativa reina."

El indefenso gusano asomó y fue a detenerse en la hoja del lirio.
La nube refulgente voló para encontrarse con su compañero en el valle.

III

Thel contempló asombrada al gusano en su lecho bañado de rocío.
"¿Gusano eres? Tú, estampa de la fragilidad, ¿sólo eres un gusano?
Te veo como un chiquillo envuelto en la hoja del lirio.
Ah, no llores, vocecilla, que si no puede hablar es capaz de llorar.
¿Es esto un gusano? Te veo inerme y desnudo, llorar
sin que nadie te responda, sin que nadie te reconforte con sonrisa maternal."

El terrón de arcilla escuchó la voz del gusano y alzó su cabeza generosa.
Inclinándose sobre el el lloroso infante su vida exhaló
en lácteo afecto; luego  dirigió a  Thel sus humildes ojos.
"¡Oh, belleza de los valles de Har! No vivimos para nosotros mismos.
Ante ti tienes a la cosa más irrisoria, pues eso soy en realidad;
mi seno está frío de sí mismo y de sí mismo oscuro.

Pero aquel que lo humilde ama, unge mi cabeza 
y me besa, tendiendo sus cintas nupciales en torno a mi pecho
a la par que me dice: "Madre de mis hijos, te he amado
y te he regalado una corona que nadie te podrá arrebatar.
Como es esto, dulce doncella, es algo que ignoro y que averiguar no puedo;
reflexiono y no puedo reflexionar. Sin embargo vivo y amo."
 La hija de la belleza enjugó sus compasivas lágrimas con su velo blanco
diciendo: "Ay, nada sabía de esto y en consecuencia lloraba.
Sabía,sí, que Dios amaba al gusano y que castigaba al pie malvado
si caprichosamente hería su indefenso cuerpo; pero que le regalara
con leche y aceite , lo ignoraba y de ahí mi llanto.
Al aire tibio lanzaba mi queja porque me esfumaba:
tendida en su lecho yerto dejaba mi luminoso reino."

"Reina de los valles" repuso el trozo de arcilla, "he oído tus supiros:
tus lamentos sobrevolaron mis tejados y los llamé para que bajaran.
¿Quieres, oh reina, entrar en mi casa? Dueña eres de penetrar en ella
y de volver. Nada temas. Entra con tus virginales pies."

IV

El formidable guardián de las eternas puertas alzó la barra septentrional.
Entró Thel y contempló los secretos de la ignota tierra;
vio los lechos de los muertos y el lugar donde la fibrosa raíz
de cada corazón terreno hinca su incansable serpentear.
Tierra de pesares y lágrimas, donde jamás se viera una sonrisa.

Erró por el país de las nubes atravesando oscuros valles y escuchando
gemidos y lamentos. A menudo se detenía a la vera de alguna tumba, de rocío bañada.
Permaneció en silencio para oír las voces de la tierra.
Por fin a su propia tumba llegó y cerca de ella sentóse.
Escucho entonces aquella hueca voz del dolor que alentaba en la hueca fosa.

"Por qué es incapaz el oído de permanecer cerrado a su propia destrucción?
y el rutilante ojo al veneno de una sonrisa?
¿Por qué están cargados los párpados de flechas prestas
donde mil guerreros al acecho yacen?
¿Por qué está el ojo cargado de dones y gracias que siembran frutos y monedas de oro?
¿Por qué la lengua se solaza con la miel de todos los vientos?
¿Por qué es el oído un torbellino afanoso que pretende envolver en su seno a toda                                                                                                                        creación?
¿Por qué la nariz se ensancha al inhalar el terror, temblorosa y y espantada?
¿Por qué un suave ondular sobre el muchacho vehemente?
¿Por qué una cortinilla de carne en el lecho de nuestro deseo?"

La virgen dejó su asiento y, lanzando un grito,
Huyó desembarazada hasta llegar a los valles de Har.

Texto tomado de  William Blake > Poesia completa de Ediciones Orbis en la Biblioteca personal de Jorge Luis Borges.

Versión de Pablo Mañe Garzón.

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