No vendrá ya mi dulce Ariadna
No tendre más el hilo de la amada...
Transformado en tupida telaraña
que de mi laberinto cubre las estancias
sus paseos y callejas recortadas
No hubo ayer
ya no hay hoy
no habrá mañana.
Camino vacilante en esta noche
que de sí se alimenta y nunca acaba
Buscaré ya sin fuerzas esa aurora
que otros días suavemente me abrazaba
Me perdí en las tinieblas
en la nada
Me extraviaron los ásperos graznidos
de esas aves siniestras del crepúsculo
que le dieron alas negras a mi alma
Desaparecieron los cielos tan profundos
en que sin miedo mis alas desplegaba
No volverán a iluminarlos las sonrisas
no me arrullará la voz que acariciaba
el terciopelo sonoro que yo amaba
en la noche profunda de mi anhelo
en que aprendo
ya sin miedo
el sueño eterno
mateosantamarta2014
3 comentarios:
Soleadas imágenes, idílicos versos...
Bueno, puede que haya confundido tu blog con el del Corazones para un verano. También puede que haya suspendido mi aprendizaje del sueño eterno.
Abrazos, siempre
Hasta los personajes mitológicos tienen distintas faenas. En la pluma de los poetas, nos pueden rescatar o secuestrar, pero en algún bolsillo,plumaje o corazón hay una estrellita que titila inmune a los estragos.
Bello poema querido amigo del alma.
Te dejo un abrazo inmenso y un regalo:
PROMETEO (DE UN CUENTO DE KAFKA)
Hay otras posibilidades sobre Prometeo
que los griegos no vieron:
el olvido, el cansancio.
A través de los siglos la traición fue olvidada.
Se olvidaron los dioses, se olvidaron las águilas.
El propio Prometeo, después de tanto tiempo
de su horrible castigo ha olvidado la causa.
Y también el cansancio:
se cansaron los dioses, se cansaron las águilas.
La herida, finalmente, se cerró de cansancio.
Solo quedó el peñasco inexplicable
frente al violento mar
inexplicado.
Circe Maia
Gracias, Adriana y Armando por estar aquí y por vuestros comentarios.
Gracias por tu abrazo que te devuelvo y por tu regalo, Adriana.
Abrazospara los dos.
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